RESEÑA: Oh my god(s)! The Lacanian Review. Hurly-Burly

GEORGINA VORANO

“Que el teatro esté atento al mundo,
no para reproducir su ruido sino su poesía”
(Juan Mayorga, dramaturgo español).

Lalengua inglesa parece resistirse al inconsciente, dice Lacan. También dice que no es él el primero en constatarlo (11 de febrero de 1975: clase 5). Lo cual evoca la anécdota cinematográfica en la cual Freud, en el puerto de Manhattan y frente a la estatua de la Libertad, le dijera al oído a Jung, “no saben que les traemos la peste”. Aparentemente, esas no fueron sus palabras exactas en la ocasión de su invitación a la Clark University en 1909. Habrían sido bastante más moderadas y naíf, cerca de un “se sorprenderán cuando escuchen lo que tenemos para decir” (Rodrigué, mayo de 2006). El responsable de ese enroque que diera valor mítico, subversivo y exultante a la anécdota sería Lacan, cuando invitado a un homenaje a Freud en Viena en 1955, pronuncia un discurso que luego se convertiría en el texto La cosa freudiana o sentido del retorno a Freud en psicoanálisis (1956 [2003]).

Aquellos devotos adoradores de la verdad dirían que entonces esa frase es mentira. También es posible abusar de que la verdad sea mentirosa. La cuestión me recuerda ese aforismo referido a la verosimilitud que es una frase popular —quien tenga familia italiana la debe haber escuchado más de una vez—: se non è vero, è ben trovato (si no es verdad, está bien contado). Hacer equilibrio en la tensión de esa soga imaginaria, balanceándonos, pero sin caer al cielo pletórico de certezas ni al abismo cínico pletórico de sinsentido, no es cosa sencilla, es cosa freudiana. ¿Por qué y para qué alguien habría de querer someterse sistemáticamente a esa tensión?

Esa pregunta, y su opuesta, le caben bien al primer número del Journal de la New Lacanian School (NLS), The Lacanian Review, Hurly-Burly, que se inaugura con un dossier temático dedicado a los dioses y titulado “Oh, my god(s)!”, pluralizando una expresión en inglés (“oh, mi dios”-“oh, mi dios(es)!) que se vocifera en variadas situaciones con el denominador común de los límites de lo comprensible o, lo imposible. En su editorial, Marie-Hélène Brousse precisa quirúrgicamente la condición de novedad de este Journal y sus coordenadas políticas. Abre la sección temática un extracto, establecido aquí por Jacques Alain Miller, del cierre que hace Lacan de las Jornadas de Carteles de la Escuela Freudiana de París en 1975, en el cual hablando de la religión y lo real, dice una cosa tal como que no es seguro que lo real constituya un todo (whole). Si dios es inconsciente y el inconsciente es político, M-H Brousse escribe sobre el exorcismo de aquel viejo-buen-dios y el desafío del psicoanálisis de mostrar cómo es posible vivir sin sentido agregado. Podremos encontrar, también, entrecruzamientos con los campos de la filosofía, la teología y la historia, con historiadores de religión invitados a dialogar.

Se trata de un recorrido que discute con la fuerza de la actualidad, el ascenso de las religiones y su bifurcación entre lo Uno y lo Múltiple, a través de reconversar nociones como la fé y su falta, la verdad, lógica y oracular, la confianza y la creencia, la idolatría y sus imágenes, el deseo de certeza, la búsqueda de fundamentos, la increencia fundamental de la época del Otro que no existe y los efectos de radicalización, el endiosamiento de los números y lo que Eric Laurent llama la sociedad de la desconfianza digital, los antecedentes y destinos del monoteísmo en la era de la globalización y la participación del discurso de la ciencia con la expansión de la lógica de mercado, en el apetito renovado por las religiones. Sin olvidar su doble cara, pacificante y terrorífica.

No deja de estar presente en este Journal la política en intensión sobre la formación de los analistas, con un texto de Miller sobre la supervisión y varios testimonios de pase, así como elaboraciones hacia el próximo congreso de la AMP 2016 y una sección de trabajos clínicos presentados en el último congreso de la NEL.

No he dejado de pensar en eso que dice Lacan sobre la resistencia de la lalengua inglesa al inconsciente, encontrando en ello un punto de verdad y al mismo tiempo, de relatividad. Es una lengua musical, con extensa literatura, con la cual muchos poetas han generado olas en las personas del mundo. Es una lengua divertida, que tiene mucho rock. Entonces, quizás están los intersticios para el psicoanálisis. Creo que este Journal lo testimonia.

Referencias

  • Lacan, Jacques. (11 de febrero de 1975). R.S.I. Seminario 22. Clase 5. Inédito.

  • Lacan, Jacques. (1956[2003]). “La cosa freudiana o sentido del retorno a Freud en psicoanálisis” en Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI editores.

  • Rodrigué, Emilio. (Mayo de 2006). Freud en sus 150 años. Imago Agenda/Letra Viva. Recuperado el 10 de marzo de 2017 de aquí.