Efecto cuarentena

FLORENCIA MINA

Pasaron varios días desde que comenzamos a transitar esta cuarentena. Días largos plagados de memes y de primicias. Entre el terror y el humor; entre el ruido de las noticias y el silencio de nuestras casas.

Pienso que el «afuera» y el «adentro» pueden resultar amenazantes por igual si no encuentran un puente; y por eso escribo. Lejos de pretender interpretar este ahora, esbozo estas palabras para tejer un borde, posible, para encontrarnos. Las palabras nacen para hacer con ese imposible, que hoy toma cuerpo en forma de «pandemia».

Me gusta pensar con Freud que un trauma siempre es un segundo momento, un segundo tiempo que recobra algún sentido más allá, nunca acá.

Por otro lado, también es válido considerar que este acontecimiento puede no implicar subjetivamente a algunos sujetos. Es difícil imaginar que un suceso como este  no toque o marque algunos cuerpos, pero puede suceder. Entonces cobraría sentido esa famosa frase, pero no por eso menos cierta, que dice que hay que pensar en términos del uno por uno. Uno por uno, y también hoy, de a un día por vez.

Cada día es un escenario nuevo, uno que invita a una rutina poco conocida y a un andar artesano con las cosas de cada quien. Nuevos modos virtuales en donde uno no sabe muy bien por donde pasan las vías del encuentro, cómo poner la  voz y el cuerpo en una pantalla, cómo abrazarse a un audio de 5 minutos.

Sabemos con Lacan que los semblantes  aparecen como la única manera de establecer el lazo social.  Una referencia valiosa para hablar de este tema está en el curso de J. A Miller  «De la naturaleza de los semblantes» en donde define este concepto como «lo que hace creer que hay algo allí donde no hay». Pero;  ¿y si frente a un acontecimiento como este tambalean los semblantes conocidos?, ¿Qué pasará con los lazos?

Si esto sucede, este momento tan particular en la historia de cada uno de nosotros será una pausa, un tiempo de inventiva para soportar las consecuencias que este encierro mundial impone. Y quizás éste sea el único punto por el  que gusto del efecto cuarentena. Poco filtro. Todavía. Será cuestión de escribir otras páginas.  

Referencias

  • Miller, J.A. De la naturaleza de los semblantes, Editorial Paidos, Bs.As., 2002.