Cine y Psicoanálisis: un partenerato amoroso, así presenta Mariana Gómez este texto en su introducción. Hablar de partenerato implica un lazo libidinal, no hay encuentro si no hay un cuerpo que lo soporte; el goce, dice Lacan, es cosa de cuerpos.
Este partenerato se inicia en el año 2003, con un grupo de personas que se encuentran en este gusto compartido por el cine y el psicoanálisis, deseo y goce sostenido desde entonces en un ciclo que se renueva cada año en el marco de la Universidad Nacional de Córdoba. A contrapelo de los datos de época, la liquidez de los lazos, el individualismo contemporáneo, la fragilidad, lo efímero del amor, a contrapelo, este matrimonio perdura y festeja ni más ni menos que su décimo aniversario y da a luz un libro, producto de este buen encuentro y pareciera que van por más.
El último Encuentro Americano del Campo Freudiano realizado en San Pablo, Brasil, titulado “El imperio de las imágenes”, orientó su interrogación hacia un dato propio de nuestra época, la imagen reina, se impone sobre un simbólico devaluado, empobrecido. Se trata sobre todo del predominio la imagen virtual, de la proliferación de pantallas que forman parte de nuestra realidad cotidiana, el sujeto contemporáneo se pasa gran parte de su día hipnotizado frente a múltiples pantallas, espectador pasivo, sustraído de su cuerpo, enajenado ante una sucesión de imágenes instantáneas, efímeras, evanescentes… ¿Es el cine una más de estas pantallas que hoy nos hipnotizan?
La propuesta del Ciclo de Cine y Psicoanálisis, va a contrapelo de esta época, apuntando a sacar al espectador de su hipnosis, a despertarlo. En cada encuentro, una película, los comentadores invitados, la conversación, convocan a ir más allá de la fascinación propia que ejerce la pantalla, a hacer hablar las imágenes, a ser protagonistas de un debate, la conversación, el análisis y la interpretación de las películas. El resultado son los 50 textos acerca de distintos films, todo un catálogo del mejor cine comentado por referentes de distintos ámbitos de la cultura, tanto local como internacional: psicoanalistas, filósofos, cineastas, semiólogos; una pluralidad de miradas y de lecturas. Cine y psicoanálisis, un matrimonio muy abierto que se dispone a conversar con otros discursos, tarea que no siempre es fácil. Cada texto muestra el esfuerzo de cada autor de hablarle al otro, de salirse de lo cerrado de la propia lengua, apuesta a la trasmisión altamente lograda.
Cada capítulo reúne lo trabajado en un ciclo e interroga un aspecto de nuestra época, de nuestro modo de vivir la pulsión, cada film elegido nos acerca una interpretación de nuestro tiempo. Al final, un plus: el fenómeno de las series, ese nuevo objeto de consumo masivo, reflejo por excelencia de nuestro tiempo es interrogado en un capítulo extra, un apartado imperdible para todo aquel que se precie de estar a la altura de la subjetividad de su época.
Un breve recorrido a modo de zapping por los distintos artículos permiten adentrarse en los fenómenos que caracterizan la hipermodernidad: la caída de los ideales, las modificaciones en la función del padre y la autoridad, la globalización, la barbarie, el caos, el individualismo de masas, el empuje al consumo que homogeniza el objeto de satisfacción para todos iguales, la agresividad, la guerra. ¿Qué efectos en las subjetividades, en los modos de ser hombre, mujer, madres, padres, niños, adolescentes, en el amor, la amistad, en los lazos? No se encuentra ninguna perspectiva nostálgica, ni apocalíptica, ideal o moral. Cada autor propone su propia lectura, consigue sacar a la luz un divino detalle, un destello, un hallazgo, una interpretación a contrapelo del sentido común, de los discursos establecidos. Cada temática es tomada a partir de historias singulares, en donde se rescata cómo cada sujeto se las arregla con la dificultad de vivir. Frente a eso no hay respuesta universal que valga para todos. Los distintos textos demuestran que hay tantas salidas como sujetos podemos encontrar, uno por uno, y que la caída de los grandes relatos pone en primer plano la invención.
Por ejemplo nos encontramos con los diferentes usos de la droga, como veneno y solución (Transpoitting), con la posibilidad de que un dolor, o el odio, pueden dar sentido a la existencia (El Secreto de sus ojos; La piel que habito), que la pintura, la danza pueden ser formas de resistir (Frida Kahlo; Billy Elliot), que para un joven autista, la imagen y lo virtual de los video juegos pueden ser el sostén un modo de engancharse al Otro (Ben X), que el mandato, así sea el de mantener bajo el colesterol, no deja de ser un mandato y en tanto tal, puede aplastar lisa y llanamente la posibilidad de desear (Transpoitting) o que en tiempos de mundialización y consumo masivos, la salvación solo puede venir del sujeto y su invención particular de una brújula que lo oriente por fuera de los estándares tradicionales y que a ese lugar puede venir tanto un salmo como un reloj (Pulp Fiction).
La pregunta sobre el amor recorre muchos de los textos. Distintos autores se preguntan por la vigencia del amor hoy a partir de films como La secretaria, Sex and de city, Romeo y Julieta, Whatever works, entre otros. Los autores dan cuenta de que a pesar del capitalismo, del empuje al consumo —como modo de taponar la falta— al éxito y al poder, el amor, siempre contingente, es una invención aún hoy necesaria, frente a lo real del imposible de los sexos.
Cine y psicoanálisis y una ética compartida, la del rescate de la subjetividad, de lo más singular de cada uno, esa pequeña locura que hace a cada uno único e irrepetible, frente al empuje masificante cada vez más fuerte de la época. Hoy, cada vez más estas ficciones artísticas toman el relevo de lo que fue la publicación de casos y viñetas clínicas, actualmente reguladas y limitadas por las leyes vigentes. Ética, política y clínica se anudan así en este libro, que testimonia lo que el psicoanálisis tiene para decir acerca de la época y la subjetividad actual.