EL virus que irrumpe y pone a prueba a la sociedad, al Estado y la práctica psicoanalítica lacaniana.
COVID-19, psicoanálisis y un hacer en la clínica con niños

TERESITA PARRA

En tiempos de coronavirus, una pandemia que nos sorprende a todos por su impacto social, hizo que me preguntara sobre la práctica con niños. ¿Cómo continuar los tratamientos? Ya sabemos que el psicoanálisis no es para todos, desde esa misma línea pensé que la videollamada y las herramientas virtuales tampoco lo son. Opte por usarlas solo en los casos que me parecía que podría llegar a funcionar para alojar el sufrimiento subjetivo de los sujetos en aislamiento.

Este virus, como sabemos es una amenaza para todos, un real que irrumpe y pone a prueba muchas cosas, entre ellas al psicoanálisis, sus métodos y técnicas. Es importante poder pensar y reinventar la práctica a partir de esta situación tan compleja. El uso del diván en algunos casos quedó a un lado, nos preguntamos si sostenemos el cara a cara, si usamos la cámara o no, qué efecto puede tener eso en cada sujeto, para qué y con quien qué cosa. Siempre tratando de sostener una práctica desde el psicoanálisis, pero adaptándonos a la época. Lo vemos desde 1930 con Freud en “El malestar en la cultura” hasta postulados de Lacan, Miller, entre otros. El psicoanálisis no puede ser ajeno a la época, sabe hacer con los desechos, ahí donde todos evitan mirar, escuchar, lo más singular que acontece.  Miller (2010) “…el descubrimiento freudiano, que fue, como sabemos, primero el de los desechos de la vida psíquica, esos desechos de lo mental que son el sueño, el lapsus, el acto fallido y más allá, el síntoma. El descubrimiento también de que, de tomarlos en serio, y si les presta atención, el sujeto tiene la oportunidad de lograr su salvación.” El discurso del psicoanálisis apunta a lo que no funciona del discurso del amo, a lo que hace síntoma, se presenta como el revés para mantener lo singular, la única posibilidad del lazo social.

En la clínica con niños estos días me encontré con varios interrogantes. Por un lado, una demanda de tareas infinitas hacia los padres y niños. Por otro, un empuje al constante hacer, hacer por hacer, o porque los docentes deben enseñar y los alumnos aprender igual. ¿Por qué no se puede parar? ¿No se puede pensar en un contexto amenazante y sus consecuencias? ¿No está permitido procesar lo que esta pasando cada uno a su modo?

En algunos casos decidí llamar a los padres para saber cómo se encontraban frente a esta situación, alojarlos y hacer intervenciones telefónicas en la medida de lo posible. Lo que más escuchaba era padres angustiados pensando en su trabajo, en qué hacer con los niños, desbordados de exigencias, obligados a hacer todas las tareas, quedarse en casa aislados totalmente, aprender a usar la tecnología si no sabían, etc. Muchos de ellos no manejan todos los recursos virtuales. Primero era la desesperación por no saber qué hacer con esa demanda del Otro a que hagan sin importar nada más, que sigan produciendo cada uno a su modo. Luego de unos días era escuchar “tenemos ganas de estar tranquilos, cocinando o jugando en familia”, “no le vamos a exigir tanto las tareas, que haga las que pueda”, “está en un cumple virtual con los amigos por videollamada”, “está contento porque se mandan videos viejos de cosas que hicieron con los amiguitos”.

El lugar del practicante en tiempos de coronavirus

Debo admitir que como practicante tampoco quedé exenta de eso, también había una demanda hacia mi de otros profesionales con los que trabajo, de las obras sociales, del sistema en general a responder para dar cuenta de mi trabajo. Ahí es donde uno tiene que parar y preguntarse, ¿Cómo respondemos? ¿Respondemos a todo? ¿O pensamos bueno a esto sí, pero a esto no? Ahí es donde el practicante tiene un desafío enorme ¿cómo sostener el psicoanálisis en estos tiempos?

¿Videollamada por qué no? Si la transferencia está establecida y los niños están en análisis. De momento mi respuesta fue servirme de la transferencia con algunos niños para poder utilizar las herramientas tecnológicas como medio. ¿Por qué dejaríamos de atender?  Creo que como practicantes nos ofrecemos como partenaire para los niños.   ¿Por qué no servirse de la transferencia para trabajar con los medios virtuales?

Lacan en el Seminario XI sostiene “En consecuencia, podemos decir que detrás del amor llamado de transferencia está la afirmación del vínculo del deseo del analista con el deseo del paciente. Es lo que Freud con un rápido juego de manos, presento como engañabobos cuando dijo, a fin de reconfortar a los colegas: después de todo, no es más que el deseo del paciente. Si, el deseo del paciente, pero en su encuentro con el deseo del analista.” (p.262)

Para finalizar, tomando a Barros “Cada niño que tiene la oportunidad de encontrar un analista, muestra la importancia de ser escuchado a partir de la relación de lo que lo perturba y hace sufrir, con su inconsciente.”

Referencias

  • Lacan, J., (2004) Seminario X: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis [1964]. Barcelona, Paidós.

  • Barros. “Lo que el inconsciente enseña a un niño”. Departamento de Investigación de Psicoanálisis con Niños CIEC-NRC|ISSN 2524-9576|Año:3 Num: 3|Pag 23.